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1 nov 2012

Rafael Heliodoro Valle un hondureño, un mexicano, un americano...



La ventaja de no tener Internet  es que  los libros se alegran un poco porque saben que pronto serán abiertos. Es lo que me ha pasado estos últimos días de octubre.

Me regaló el Doctor Daniel Euraque, hace como un año, un libro de más de 450 páginas,  de la Dra. María de Los Angeles  Chapa Bezanílla, mexicana e historiadora que plasma un fiel retrato bibliográfico  en el libro: “Rafael Heliodoro Valle, humanista  de América”. Había abandonado un poco la lectura de libros en vivo, y solo a través de esa pantalla como la que usted  tiene frente a los ojos es que  me dedique suficiente tiempo a leer. Pero no es lo mismo acostarse en una hamaca y hojear un libro, hacer apuntes en una ficha. No tengo todavía un ipad pero aun así no será lo mismo que esa corteza delgada y que le tengo mucho cariño,  y de mi egobiblioteca personal hay muchos libros nuevos sin leer. Pero Internet tiene la ventaja de albergar   los contenidos de los diferentes tópicos, no hace falta estar en una librería escribiendo, porque si nos urge un dato como el nacimiento de un personaje o su muerte o hay una palabra que no entendemos vasta Wikipedia para  seguir trabajando en la monografía que se esté haciendo.

Heliodoro Valle no tuvo esa maravillosa ventaja en que  nosotros convergemos,  jamás  imaginó la abundante información encontrada en Internet, aun así  es  descrito como uno de los bibliógrafos más grandes que hayan existido en América. No solo era eso; poeta, periodista, profesor, ensayista, diplomático, historiador cultivando todos los aspectos que hacen  de un erudito o intelectual. De Rafael Heliodoro Valle apenas tengo su obra “Tierras de Pan llevar” y conocía muy poco de su trabajo, un completo ignorante que solo conocía tal vez un uno por ciento de la vastedad de su obra.

Y les confieso, leer  la prosa de  Valle es sentir, escuchar, vivir, oler  lo que se lee, tal como cuando lee Pedro Páramo de Rulfo y usted experimenta el calor de Comala,  siente que también la piel se le derrite, aunque este en el peor de los fríos, así  siente la neblina, el lodo, escucha los pájaros, los riachuelos con su sonido, huele el pan recién salido del horno hecho en casa, todo gracias  a la frescura de su prosa.

El libro, “Rafael Heliodoro Valle, humanista de América” desde la óptica mexicana me ha despertado la curiosidad en seguir  investigando  a este hondureño. Se me hincha el corazón de orgullo saber que en México labró un camino y cosechó en abundancia. Fue un hombre que no dio abasto en el país y sintió que se asfixiaba si permanecía  en estos lares. Desde muy joven se fue a estudiar  magisterio a México, hizo amigos, sobresalió como estudiante y orador  en cualquier evento cultural. Después se encontraba en un dilema grande, regresar a su país Honduras o quedarse. Regresó  pero cargaba con los sentimientos entrañables por su segunda casa, sus amistades, y tenía razón el Doctor  Alberto Membreño  al decirle: “…si aquí  en México te publican te leerá toda América; en Honduras te leerán pero de mala gana” (Chapa, 2010) hizo caso al consejo, solo regresaba a la patria por temporadas para cumplir con tareas  que demandaba el país, como los problemas limítrofes con Guatemala en esos años. Su México era su padre y su Honduras su madre.

Luchó siempre por la paz y por las transiciones democráticas  porque en este país  durante casi todo el siglo XX cuando había elecciones, también había muertos, guerras, caudillos ambiciosos conspirando siempre. Uno de esos fue Carías, el ídolo de los nacionalistas, pero tampoco  se queda atrás el partido liberal. Era muy difícil para Valle identificarse con cualquiera de estos dos partidos. Sin embargo decepcionó a muchos amigos cuanto le tocó ser objetivo, y entrevisto a Carías en varias ocasiones, muchos interpretaron que aceptaba el cariismo   como gobierno de parte de él, pero fue parte conciliadora para liberar algunos presos políticos. No sé cómo juzgar su actitud, Valle tenía todo en México, colaboraba con los diarios más importantes de América y no creo que le hacía falta venderse por  algunas monedas, pero apoyó al Doctor Juan Manuel Gálvez quien fue colaborador del gobierno del Dictador Carías, Gálvez lo nombró al ser presidente, como embajador  de Honduras en Washington Estados Unidos  durante la década de 1950. Llegaré a una conclusión  y es que el daño que el bipartidismo le ha hecho al país es incalculable y que no podrán pagar durante siglos.

De 1890 a 1959 hay acontecimientos importantes que marcan la vida de cualquier pensador, y Valle  debió sentir las dos guerras mundiales, el nazismo con su auge y caída, la crisis de 1929, el frio terrorífico de la Guerra Fría. Ubicado en el momento justo y espacio preciso le toco vivir  una época histórica, que sentó las bases para  la era espacial y el mundo informático,  estuvo   al mismo tiempo respirando  junto al Científico más grande de los últimos siglos: Albert Einstein, intercambio correspondencia con nada más ni nada menos que Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Pablo Neruda  y Miguel Ángel Asturias, estos últimos premios noveles. Amigo de Octavio Paz, también novel de literatura, ¿que más quería?  Sin embargo sufrió como todos los hombres y amo con pasión todas las expresiones de amor que caben en el corazón. Su primera esposa murió.  No podía estar consumido por la soledad y tristeza  y llegó otro abrigo y esperanza, nuevos sueños a través de la distinguida escritora peruana, Emilia Romero, su segunda esposa.  Es muy difícil quedarse como las palomas  guardando luto por largo tiempo en soledad, magnifico ideal y bonito pero muy difícil.
Alguien importante de Honduras lo llamó el intelectual más completo del país, y ganarse ese título de intelectual sí que no ha de ser fácil, hay que labrar mucha tierra y sembrar diferentes pensamientos. Yo consideré siempre a Morazán como  un intelectual, hasta que el Doctor Daniel  A. Euraque en una tertulia que tuvimos junto a Claudia Pérez y Arnol Rivera  discrepó  por completo conmigo. Solo José Cecilio del Valle, Ramon Rosa y Heliodoro Valle se les puede calificar de intelectuales  completos me dijo. Pero estos hombres no son ellos los que se han etiquetado  así, y hasta me parece demasiado egocéntrico calificar de intelectual completo a un individuo y quizá hasta deben sentirse incomodos en el más allá. Solo fíjese cuando algunos escritores reciben un homenaje, y con toda la humildad y hasta un poco apenados  escuchan los aplausos prolongados.  Mis categorías serían;  un estudioso asiduo, un pensador pero esa categoría de intelectual completo quizá solo cabe  en Dios.  Ahora bien, los pensadores hondureños han cosechado suficiente material para considerarlos muy importantes y es tarea nuestra darlos  conocer.

Rafael Heliodoro Valle murió en México en 1959 siendo homenajeado con el Águila Azteca, los diarios más importantes de América encabezaron en los titulares: “Luto en América por la muerte de Heliodoro Valle”  La doctora mexicana María de los  Ángeles Chapa Bezanílla en su libro concluye: “Pocos meses antes de morir se le veía como en el aire, como si flotara entre el recuerdo y la inercia. Aun así, siempre amable y dispuesto a charlar, tuvo la oportunidad  de ver crecer su obra sin  tener que arrepentirse de haber dejado de vivir un solo día”. (Chapa, 2010)

Muchas Gracias al Doctor Daniel  A. Euraque por  el regalo, ahora sigo con otro de sus obsequios y este escrito por él: “El golpe de Estado del 28 de junio del 2009, el patrimonio cultural y la identidad nacional de Honduras.” Muchas gracias de nuevo. A leer.

 Escrito por Josué Edmundo Polanco Lemus

Bibliografía

Chapa, M. (2010). Rafael Heliodoro Valle, humanista de América. Tegucigalpa: Instituto Hondureño de Antropología e Historía.




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