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17 oct 2012

La locura del futuro ¿Sera acaso nuestro pasado?



Dejaré por un momento lo que tenga que ver con política  y literatura. Si bien el blog tiene características periodísticas  con temas literarios, actualidades, también el tema que voy a exponer es revolucionario. La etiqueta en que lo calificare es en filosofía. Mil disculpas a todos los que me rodean  y conocen por ser tan aburrido con estos temas filosóficos pero  le ruego no me juzgue tan anticipadamente le garantizo que no se aburrirá al leer esto que escribo, el estudio  del  tema así como experiencias  son el método perfecto para exponerles sobre  la ciencia ficción para unos, o realidad futura para otros. Para mí una locura.

"Preparando la singularidad" fácil de encontrar en Internet
Analizaré  las disyuntivas y problemas éticos que el futuro representa. Mis referencias han sido algunas películas y documentales, también   he vuelto a devorar lecturas metafísicas de Aristóteles  y Descartes y algunas monografías que hacen referencia a estos filósofos. Sin olvidarme del científico estadounidense  Ray Kurzweil. En el documental,  "Preparando la singularidad", escuchará frases o palabras como singularidad tecnológica, Jesús saltador, transhumanismo y otros. Daré  una explicación de cada uno de ellos, a la manera de como los entiendo y percibo.

La velocidad de la información y la tecnología crece exponencialmente. Si partimos con el calendario de la era cristiana en el tiempo, metafóricamente  partimos de un Jesús Saltador, que es el nombre que se le ha dado a la aceleración de la información a lo largo de la historia, en donde la información se duplica cada generación y se toma el año uno, después de cristo para hacer cálculos, así que en el año uno había un Jesús, en la edad media dos, la siguiente duplicación solo tardó 250 años donde se observa el factor de aceleración, en 1750 cuatro Jesús, así sucesivamente, después 8, 16, 32, 64, hasta llegar al punto que en una hora  habrán más avances  tecnológicos que los habidos en los últimos 2000 años. Esto se explica  por qué la tecnología  hace posible  otros avances más complejos y la complejidad de esos avances  crearan otros más complejos. Espero darme a entender. 

Le voy a explicar con  una mega-metáfora  que me he inventado:  Digamos que el medio de transporte es la tecnología,  ir a comprar  un manual de cómo realizar un robot a la librería  es el fin y el propósito. El manual o instructivo representa la información. Los tres kilómetros de distancia es el espacio, las horas y minutos son el tiempo. Cada día son mil años. Para hacerlo, el primer día voy  a pie. Me tardé dos horas, al siguiente alguien me llevó en una carreta de caballo, ya solo me tardé, una hora, al tercer día  en la familia querían el manual  más rápido, me prestaron una bicicleta, me tardé solo media hora,   al poco tiempo tengo una moto, para ir a traer el instructivo  ya solo me estoy 15 minutos, por último conseguí un Ferrari ya solo me habré tardado 10 minutos. Conclusión: “mientras más rápido llega la información, más rápido construirán el robot.”

Si me siguen dando tecnología para ir más rápido llegaré a un punto en que cada vez iré más rápido hasta que instantáneamente llevaré la información en una aceleración sin fin. Cuando la humanidad no pueda controlar los avances tecnológicos habrá  un infinito de inventos, de máquinas y es esto lo que  los científicos llaman Singularidad Tecnológica, término acuñado por él matemático y novelista  Vernor Vinge en 1982. Yo le llamaré “Punto límite del conocimiento biológico”. Algunos científicos  creen que esto sucederá  entre el 2030 al 2045.

Solo del 2000 hasta la actualidad, el 2012, hay innumerables  inventos; pantallas táctiles, lentes inteligentes como los de Google, GPS, supercomputadoras, celulares inteligentes y faltan mejorarlos hasta un punto  desconocido.  ¿Qué pasará en los próximos 30 años? Por una parte  es impresionante, magnifico, es maravilloso pero por otro lado es aterrador y escalofriante. Y me voy a enfocar en ese lado negativo. La guerra por conservar la naturalidad humana. Muchos se rehusaran a ponerse  microchips  como identificación o aparatos  nanotecnológicos en el cuerpo para hacerlo un transhumano. Será el momento para un Armagedón, una alegoría para el final de los tiempos, un apocalipsis, y en cada religión  habrá un Morfeo buscando un Neo. Cuando sea justo el momento se inventaran muchos mesías y elegidos. Las conspiraciones de religiones contra otras. Todo un compendio de ideologías, ideas, creencias que convergerán en una sopa difícil para digerir.

Por favor ponga atención a este loco y aliste su rosario si es católico:
“Nos convertiremos en dioses, punto, a quién no le guste que se aparte  no tiene que participar, pero tendrá  problemas si intenta interferir  en el proceso  de mi conversión en Dios, porque habrá  problemas, habrá guerras”. (Richard Seed)

Son palabras del científico  y doctor Richar Seed y siendo objetivo por un momento, supongamos que tenga razón  y en el futuro los humanos no se distinguirán  de las máquinas, supongamos que aquellos  humanos originales  que no han permitido en su cuerpo  implantes y tengan la suerte de ser mascotas de tales súper máquinas porque al fin y al cabo morirán, solo las máquinas buscaran la eternidad, se extenderán por el espacio universal, espero tenga el rosario todavía en la mano,  entonces llego a una triste conclusión; La serpiente,  el diablo, tenía razón  cuando dijo en el huerto de Edén: “No dejéis que os engañe, él sabe  que si comen del fruto  serán como él, serán como dioses”. Si  ha exclamado: “Virgen María Purísima” o “pobre alma perdida” u “oveja descarriada”, de veras lo siento, entienda que le estoy dando por un momento la razón a la locura de Richar Seed, no es lo yo creo. Es lo que creería si eso pasa.

Después pasa un momento en que estas máquinas  extrañen la antigua forma, y se den cuenta que no tienen alma ni espíritu, una vez que hayan alcanzado la eternidad y vuelvan a  crear  de nuevo, en otro lado  o universo,  en una tierra,  a un Adán y a una Eva para después volver a ser nosotros. Es la única explicación que encuentro para los científicos  físicos y los de la teoría cuántica  que creen en un universo paralelo. Admito, es una locura verdad.

La eternidad para mí es aburrida y más  aspirar a ser Dios porque estar creando y descreando por todo una eternidad me parece patético y aburrido, gracias a Dios que  moriré un día, eso es bueno, lo desconocido será siempre maravilloso, si yo, así lo deseo. O aterrador si satán esta con un tenedor gigante al otro lado. Dios me libre. Y siendo un poco ignorante  soy feliz, porque si lo supiera todo ¿Qué propósito tendría indagar y asombrarse como el mismísimo Aristóteles lo hacía en la antigua Grecia? Si lo supiera todo, quizá no tuviera alma ni espíritu, solo un pedazo de carne y huesos, con una tripa en la cabeza por cerebro sin sentido. Cyper decía  en la escena de Matrix, mientras saborea un bistec   frente al agente Smith –Sabes, sé  que este filete no existe, sé que cuando me lo meto en la boca es matrix la que le está diciendo a mi cerebro, es bueno y jugoso, después de nueve años sabes de que me he dado cuenta; la ignorancia es la felicidad.   Un problema de percepción de la realidad pero con el “Pienso, luego existo”, el célebre principio de Rene Descartes que me ha costado entenderlo, pero ahora lo puedo explicar  fácilmente, usted primero piensa para existir, es decir mientras dormimos hasta que llega el sonido  del despertador y sus ondas sonoras al oído y nos despertamos, allí comenzamos a existir, porque pensamos que estamos despiertos, estamos conscientes de nuestra existencia, comenzamos a percibir la realidad. Pueda que durmiendo se filtren sueños a nuestro pensamiento, pero si la cae un meteorito en la cabeza en un profundo sueño, ni siquiera va a ser consciente de su muerte.

Pero una piedra existe, si pero  esa piedra no tiene  conciencia de su existencia, no piensa. También para Descartes los animales son seres  sin alma ni espíritu, existen para nosotros, los animales son seres sin conciencia y llega a la conclusión que son máquinas, un perro  no sabe que va a morir, no tiene metas, ni desea libertad, por ello es difícil pensar que una máquina, un robot, piense como un humano y sueñe con la libertad tal  como en la película,  El hombre  bicentenario  donde los robots son sirvientes domésticos pero  uno de ellos  comienza a soñar, buscar objetivos, metas, soñar con liberarse. La película es interpretada por Robin Williams, Sam Neill y Embeth Davidtz.
De las mejores películas futuristas

Si la inteligencia artificial llega al grado de la eternidad y sean  como dioses ¿podrán tener, alma, espíritu, sueños?, ¿necesitaran el oxígeno estas máquinas, el elixir del aire? Imposible saberlo, lo que sí es un hecho, es que los científicos están desesperados  en caracterizar a los robots con formas humanas. Al igual que Dios nos creó  a imagen  y semejanza  de él, también las personas realizan  creaciones a imagen y semejanza.
Algunos interpretan las palabras  de Dios a Moisés cuando este le preguntó: ¿Quién era? Y Dios le respondió: --Soy  el que soy—Quiso decir: Soy el que seré— para algunos científicos. Interpretan estas palabras como una señal  clara del futuro en donde somos creados  para después crear.

Para el científico Ray Kurzweil a quién muchos consideran el Nostradamus  de la tecnología, por las predicciones que ha hecho   sobra la misma. Y que le ha atinado a casi todas, desde la caída de la Unión Soviética por causa de las nuevas tecnologías como los teléfonos móviles y máquinas de fax que restarían poder a los gobiernos autoritarios, eliminando el control del estado sobre el flujo de la información, el internet, hasta decir que en 1997 una computadora le ganaría   en ajedrez a un campeón mundial, algo que ya pasó. Lo interesante del científico es que pone fechas y así han sucedido los acontecimientos que hasta el momento ha predicho. Predice que en el 2045 estará completado el salto evolutivo  y la "singularidad tecnológica" a lo que su humilde servidor, estimado lector llama: “El punto límite del conocimiento biológico” sucederá en el 2045, donde la evolución habrá llegado a la inteligencia artificial   en robots y siendo estos los que harán su propia generación.

Pero las máquinas no serán el problema, el problema  será cuando esas máquinas una vez dotadas de conciencia, nos queden viendo con sus ojos rojos  y analizándonos con el lente en su retina como si de un Supersaiyajin del Planeta Vegita se tratara, y se pregunten: --¿Y estos monos? Y exclamando lleguen a la conclusión: --¡vaya, que insectos más divertidos¡- nos entretienen, pero gastan nuestros  recursos, no dejan en paz nuestra libertad de tomar decisiones, debemos aplastarlos, son una plaga. (Recuerde la película Matrix).
Sera entonces cuando estaremos en serios problemas: “Empezaran asesinatos, muertes en masa, sabotajes y conspiraciones, la peor guerra jamás vista” (Documental: Preparando la singularidad)
Según  Kurzweil, nos recordaran como la sociedad  que creó  las bases  tecnológicas, para esa sociedad máquina, él no cree que nos recordarán como los seres humanos que le malgastamos sus recursos naturales.
Pero pueda que esta vez el científico esté equivocado. Es toda una locura completa. Siento y estoy de acuerdo con otro científico que se resigna diciendo: “Tengo sentimientos contradictorios sobre este tema, estoy desgarrado por que es terrible y a la vez magnífico”


Escrito por Josué Edmundo Polanco  17/10/12.




1 comentario:

  1. bueno, ya somos maquinas, no hay que indagar mucho para verlo, casi todos los cientificos y filosofos asi lo creen, la diferencia entre el pensamiento de un hombre y una hormiga es cuantitativa, no cualitativa, por ejemplo, supongamos una pantalla con 20 pixeles, solo podriamos pintar cosas sencillas, por ejemplo un cruz, un cuadrado etc, y una con mil millones podemos pintar la gioconda, pues algo parecido les pasa a nuestro cerebro, pensamos y tenemos conceptos acordes con nuestra capacidad cerebral, pero no tenemos alma, ni espiritu ni nada de eso que sepamos.

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