Cuando
murió la bruja del barrio Guamilito en San Pedro Sula y que cada año Rodrigo
Won Arévalo ponía en la portada de la revista
Hablemos Claro e hizo que la
mayoría de los hondureños nos hiciéramos las cruces, dizque prediciendo
los acontecimientos políticos del país en el año, al chino se le ocurrió adoptar
a una hez de Olanchito llamado Juan Ramón Martínez.
Pocas
veces miro canal 10, solo me gusta el programa certificado por la Universidad Pedagógica,
lamentablemente se me olvida el nombre, es sobre literatura y de cómo debemos
hablar y escribir bien, yo no odio a nadie pero soy humano, basta con eso para
que me entiendan.
Esta
dupla maligna Won Arévalo y Ramón Martínez aparecen de repente, por casualidad
en dicho canal cuando busco algo interesante, como no hay nada regreso numéricamente
con el control, allí están los dos, y este residuo olanchitense se emociona con las predicciones que dice y que no pega una. Comentan
diferentes temas; que a Chavez solo le quedan tres días, que Mel Zelaya aquí, que Juan Orlando
allá, en Honduras pasará esto, la crisis mundial será… solo profecías y más profecías, Nostradamus se
queda pequeño. Este falso profeta o brujo de la sociedad hondureña nombrado por
los diferentes medios de comunicación con el eufemismo de analista nacional, sí
que le quito el puesto a aquella bruja que gracias a Dios no recuerdo su
nombre.
Olanchito
ciudad la cual no conozco y no pierdo las esperanzas de visitar, es una tierra
prodigiosa para producir intelectos; Ramón Amaya Amador, José Adan Castelar y otros que son el
orgullo de las letras hondureñas y grandes embajadores de la cultura nuestra
como Roberto Quesada, futuro premio nobel para el país, (bueno ya se me pego lo
de profeta) pero lo digo en serio sin el temor a equivocarme, Quesada ya llegó
lejos como escritor, es una esperanza para el país, nos ha representado muy
bien en Estados Unidos, actualmente reside en Nueva York. Este escritor es la
puerta abierta para otros que abren sus alas con la pluma. Quise
entrevistarlo, lo contacte por la red
social de Facebook, le dije;- si logro una entrevista con usted tengo la clase
Seminario de Literatura Hondureña en la bolsa, me urge que me ayude. Amablemente
me respondió accediendo a mi petición, al final no pude hacer la entrevista, no
quería mandarle una serie de preguntas escritas, mi deseo era contactarlo por vía
Skype, grabar la conversación y como no se usar este recurso tecnológico se
esfumo el privilegio de contactarlo. En resumen, él no solamente es un orgullo
de Olanchito sino del país.(Mil disculpas si estoy equivocado, tengo mis dudas me parece que es de Ceiba, pero justifico que esta ciudad esta cercana a Olanchito, seguro es ceibeño y olanchitense)
También
es de allí Armando García, lástima que nació en Honduras sino fuera reconocido
como un Eduardo Galeano en Uruguay. La sátira de este escritor es incomparable
con ningún otro escritor hondureño. Perdí uno de sus últimos libros que publicó;
“Humor Negro”, cuando lo busqué en todas las librerías de San Pedro Sula, recibía la misma
respuesta:- No hay. ¡Cuánto extraño su columna que salía en la Prensa; “Armandola”!
recuerdo que salía todos los miércoles, a veces ese día no pasaban vendiendo el
periódico por la casa en la Colonia Montefresco de Tela e iba al parque a
comprarlo, solo por buscar esa columna, no me importaba pedalear en bicicleta
como tres kilómetros. No sé que pasó con la dichosa columna. Le aseguro que leer
a Armando García tiene garantizada las carcajadas. Esté escritor bautizó a
nuestro país con el acertado nombre de “Corruptonia”. Tiene toda la razón.
Y
así hay personas importantes de Olanchito, conozco muchos, mis hijas tienen
sangre olanchitense y santabarbarense, dos pueblos que cosechan hijos
inteligentes, allí está la raza perfecta (lo digo metafóricamente o
literalmente, aborrezco a Hitler). Pero este caso de Juan Ramon Martinez es excepcional,
mas bien parece producto de un experimento humano del nazista Josef Rudolf Mengele, busque en Wikipedia
o Google el nombre de este doctor y me dará la razón. Es más empiezo a sospechar
que este nazista se cruzó por Olanchito.
En
fin el excremento con manos y su tembladera que le agarra, al verlo se me revuelve
el estómago, ya cuando estoy a punto de vomitar cambio de canal o apago el
televisor.
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